Introducción: El dilema en el pasillo del supermercado
Cualquier padre o madre primeriza conoce la sensación: un pasillo de supermercado repleto de hileras interminables de latas de fórmula, biberones y alimentos para bebés. Cada empaque promete ser la mejor opción, con mensajes diseñados para atraer y, a menudo, para generar ansiedad sobre si se está tomando la decisión correcta. Esta abrumadora presión comercial no es una coincidencia; es el resultado de una industria multimillonaria que ha perfeccionado un manual de estrategias para captar a las familias en uno de los momentos más vulnerables de sus vidas.
Pero en medio de este ruido publicitario, existe un escudo protector diseñado hace más de cuatro décadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS): el «Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna». Lejos de ser un documento burocrático, es un conjunto de defensas estratégicas contra tácticas de marketing específicas. Este artículo deconstruye el manual de la industria y revela las cinco contramedidas más impactantes y menos conocidas que este código fundamental ofrece para proteger a las familias.
1. Las cifras son asombrosas: Más de 820,000 vidas podrían salvarse cada año
La razón principal por la que existe el Código es la protección y promoción de la lactancia materna, reconocida como una de las intervenciones más eficaces para mejorar la supervivencia infantil. No se trata de una simple recomendación, sino de una estrategia de salud pública global respaldada por datos contundentes que explican por qué es tan crucial defenderla.
Las estadísticas que motivan estas regulaciones son impactantes:
• El aumento de la lactancia materna a niveles casi universales podría salvar anualmente más de 820,000 vidas infantiles.
• Se podrían evitar unas 20,000 muertes maternas por cáncer de mama cada año.
• Las pérdidas económicas por la disminución de la capacidad intelectual en niños no amamantados se estimaron en más de US$ 300,000 millones solo en 2012.
Estas no son ganancias marginales; son cifras a la escala de una gran crisis de salud pública.
El Código, por lo tanto, no es solo una guía de protección al consumidor; es una de las intervenciones de salud pública más impactantes disponibles, escondida a plena vista.
2. No se trata de prohibir la fórmula, sino de regular su comercialización agresiva
Frente a estas cifras de vida o muerte, la primera línea de defensa de los especialistas en marketing es enmarcar el debate como uno de «elección contra prohibición». Aquí es donde el Código desmonta ese falso argumento. Una de las confusiones más extendidas es que busca eliminar la fórmula infantil. Esto es incorrecto. Su objetivo no es quitar opciones, sino garantizar que la decisión de usar un sucedáneo se base en información imparcial y en una necesidad real, no en las tácticas persuasivas del marketing.
El Código establece claramente que los sucedáneos deben estar disponibles para quienes los necesiten, pero no deben promoverse activamente. Su propósito, articulado en el Artículo 1, busca un equilibrio entre la protección y la necesidad:
«…proporcionar a los lactantes una nutrición segura y suficiente, protegiendo y promoviendo la lactancia natural y asegurando el uso correcto de sucedáneos de la leche materna, cuando éstos sean necesarios, sobre la base de una información adecuada y mediante métodos apropiados de comercialización y distribución.»
En esencia, el Código busca crear un entorno donde la lactancia materna sea la norma y la alimentación con fórmula sea una decisión informada y apoyada, libre de presiones comerciales.
3. Su alcance es mucho más amplio de lo que imaginas
Cuando se habla del Código, la mayoría de la gente piensa exclusivamente en la «fórmula para lactantes». Sin embargo, su alcance es sorprendentemente amplio, diseñado para cerrar las lagunas que las empresas podrían explotar para promocionar sus marcas. Las regulaciones se han adaptado con el tiempo, como lo demuestra la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud WHA69.9 de 2016, que aclaró su aplicabilidad a nuevas tácticas de mercado.
Las regulaciones del Código también cubren los siguientes productos:
- Cualquier producto lácteo comercializado para alimentar a niños de hasta 3 años, incluyendo los preparados complementarios y las «leches de crecimiento».
- Otros alimentos y bebidas como zumos, infusiones y aguas promocionados para bebés menores de 6 meses.
- Teteros, biberones y chupas.
Este amplio alcance es un contraataque directo a una laguna de marketing común. Dado que a las empresas se les prohíbe promocionar directamente la fórmula para lactantes en los hospitales (como veremos a continuación), en su lugar promocionan «leches de crecimiento» para niños pequeños utilizando una marca similar. Esto crea reconocimiento y lealtad a la marca por delegación. El Código, astutamente, cierra este canal de marketing «por la puerta de atrás».
4. La promoción está prohibida incluso para médicos y en hospitales
Quizás uno de los aspectos más contraintuitivos y estrictos del Código es cómo limita la promoción dentro del propio sistema de salud. Reconociendo la enorme influencia que los profesionales sanitarios y los hospitales tienen sobre las decisiones de los padres, el Código establece barreras firmes para eliminar los conflictos de interés.
El Código prohíbe explícitamente las siguientes prácticas:
- Cualquier tipo de promoción de sucedáneos, biberones o tetinas dentro de los servicios de salud.
- La entrega de muestras gratuitas o suministros subvencionados a hospitales. De hecho, la resolución WHA39.28 aclara que los centros deben adquirir la fórmula «a través de los canales normales de distribución».
- La entrega de obsequios o muestras a los profesionales de la salud.
- El patrocinio por parte de estas empresas de reuniones científicas o de profesionales sanitarios.
Esta regla es crucial porque protege la santidad del consejo médico. Al eliminar todos los incentivos financieros, el Código garantiza que cuando un médico o una enfermera habla, sus palabras están guiadas únicamente por la ciencia, no por una sutil lealtad a un socio corporativo que patrocinó su última conferencia.
5. Tiene más de 40 años, pero la mayoría de los países aún no lo aplican por completo
El Código fue adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud en 1981, pero su relevancia hoy es mayor que nunca, especialmente con la explosión del marketing digital. A pesar de su larga existencia y su importancia crítica, su implementación a nivel mundial es alarmantemente baja.
El dato es revelador: en 2014, solo 39 de los 194 Estados Miembros de la OMS habían promulgado leyes nacionales que reflejaran plenamente el Código. Esta inacción se entiende mejor cuando se observa la magnitud del mercado que el Código busca regular. Las ventas globales de sucedáneos alcanzaron los US$ 44,800 millones en 2014 y se proyectaba que aumentaran a US$ 70,600 millones en 2019. Este enorme poder económico crea una inmensa presión de lobby sobre los gobiernos, lo que explica directamente por qué tan pocos países han implementado completamente estas protecciones vitales.
Conclusión: Una protección que necesita ser defendida
El Código Internacional de la OMS no es una reliquia, sino una herramienta de salud pública poderosa y más necesaria que nunca. Es un marco diseñado para proteger un proceso biológico fundamental de las fuerzas de un mercado globalizado. Sin embargo, su eficacia depende de que los gobiernos lo conviertan en ley y de que los ciudadanos y profesionales de la salud conozcan su existencia.
Este Código es poderoso, pero solo si es conocido. Su mayor debilidad es la ignorancia pública, que es la mayor fortaleza de la industria del marketing. Es un recordatorio de que la alimentación infantil no debería ser un campo de batalla comercial, sino un derecho fundamental del niño a recibir la mejor nutrición y el derecho de toda madre a tomar decisiones informadas, apoyadas y libres de la influencia indebida de la publicidad.
Ahora que conoces la existencia de este código, ¿cómo crees que la información imparcial podría cambiar las conversaciones sobre la alimentación infantil en tu comunidad?
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